martes, 21 de septiembre de 2010

Ensayo

El cruce de dos Sistemas semánticos bajo el ADC
La poesía de Rodrigo Arroyo Castro y el advenimiento de VUELO
por Valentina Paz

I.
          Nada es irrebatible. La búsqueda del anclaje de la experiencia estética se condice con el horizonte de sentido de los textos. Se habla de la diferencia de valores de observación en lo que podríamos denominar desde Luhmann “el sistema literatura”. El ensayo, entendido aquí como enfoque de observación más que como formato, debe responder a la redefinición y/o refuncionalización de ciertas categorías de lenguaje para abordar “mensajes literarios”, los que en la lógica sistémica no son más que comunicaciones específicas en este marco.

          Aquí me enfrento hoy, con la textura poética particular de Rodrigo Arroyo, que intenta correr –creo- a la par de este mismo avance. Inicio el comentario desde este cruce que asume que la reconstrucción emerge al advertir que un repertorio conceptual se ha agotado para cualquier elaboración “Hemos fracturado las ideas de cómo dibujar el cielo”. Se intentará entonces, reconocer el advenimiento de Vuelo.

II.
          Un juicio estético móvil permitiría incurrir en la emergencia de los discursos literarios situados y de los códigos poéticos que le otorgan a una poética una cierta identidad inquebrantable, se comentará luego de ella desde Vuelo y Chilean poetry entre ciertos contextos particulares.

          Primero; Vuelo, corpus de poemas desplegados en un formato libro de presentación minimalista –que según palabras del autor- intenta en su recepción una lectura no condicionada por la ausencia de números de página, es decir, por una marca de un orden particular; dinamiza al lector, permitiéndole -al comprender esa intencionalidad- contribuir a armar una estructura y/o a quebrar en forma manifiesta el camino clásico de asimilación de un mensaje literario según criterios aún más particulares. Se entiende bajo este contexto que no hay un pasaje preestablecido. Un guiño de libertad para el lector, pero contenida al interior de una misma agudeza del autor que contrae al objeto del texto, y permite verlo de todas formas en sus distintos entretejidos. Una lectura de este hecho clave bajo la óptica de lo experimental anularía la comprensión que el merodeo y la “errancia del sentido” –en palabras de Julio Ortega- no sólo se afirman aquí en el lenguaje sino que en este caso son también reconfirmados como recursos con la elección de esta dispersión del texto, la que es inaugurada bajo el rescate de la versiculación del relato desde la resistencia (con las marcas de Primo Levi). La resistencia puede leerse a distintos niveles: a la crisis, negación, y duda de la escritura, así a la crisis de un alcance de posibilidad de un discurso (amoroso) y en un nivel más contingente primero como resistencia al mensaje literario de corte realista: “¿Por qué no una poética encerrada?” y consecutivamente a la visibilidad de este corte que pareciera ya un poco en decaída . Si Chilean Poetry (primera entrega) fue el subrayar esas resistencias generales, Vuelo se enraizó en ese territorio y acusó vigencia desde la pluma más fresca, pero además se replanteó como una oportunidad distinta para abandonar una cierta densidad y exponer transversalmente los fragmentos de un discurso de recogimiento dialogando desde la duda (preguntas) con sus receptores a partir del surgimiento de un sujeto singular que se disuelve: “Escribir es desaparecer”.

III.
          Si se quiere establecer algún indicio de continuidad en cuanto a la macroestructura de esta poética, como punto cero perduran algunos cruces de autores (desde Millán, Martínez, Celan hasta Spencer Brown); luego se puede llegar a vislumbrar más bien un tránsito en la poesía de Rodrigo Arroyo: movimiento que va desde el Fracaso hasta el deseo incumplido . El fracaso ocurre siempre en términos de la no resolución de la crisis entre lo representado y su representante, -aunque si bien existe un alcance de poder representar una crisis de la literatura, de la escritura, de la poesía y su objeto, no hay un más allá que la inclusión de la reescritura como recurso de cierre o volver de nuevo al objeto-. Se trata más bien de una construcción epistemológica que soporte el afianzamiento de un discurso político utilizando la disolución, exhibida desde sus grandes conceptos o 3 partes (from the labyrinth) situando un inicio y (a kind of muteness) que involucra un acto de cuestionamiento y meditación silenciosa, demostrando a su vez el vaciamiento de estas estructuras, concatenándose con (Still) evidencia de posibilidad. No así el capítulo cuarto (Correction) que intencionaría alguna reconstrucción epistemológica de un corpus específico del texto. El tránsito ocurre desde el minuto en que se dispone del panorama vagante de Vuelo donde el deseo incumplido se marca por la incorporación de un sujeto “El breve ahogo de no contar con metáforas para retenerte”, dejando atrás un fracaso donde el interés era principalmente el tachado histórico (muy volcado hacia un nosotros). El deseo como lugar del sujeto, moviliza la búsqueda, al ponerlo en situación de necesidad. Una necesidad donde se obliga, se cuestiona y se desarma al símbolo y a las figuras literarias intentando retener su carga simbólica para comunicar un discurso amoroso que atraviesa el texto, es decir, para contactarse con el otro y con el propio límite de éste “Supongo que las palabras retendrán su carga simbólica”. El manejo de los recursos literarios operan valiosamente siguiendo la lógica de lo incierto; el mensaje frecuentemente presentado en tiempo presente es constantemente definido mediante certezas o construido bajo suposiciones, que se vuelven expectativas sometidas a la duda para ser devueltas como cuestionamientos” (...) una escritura que se cree desaparecida” “¿Escribe la misma mano que nos lee?” Sostengo, a partir de esta observación de orden Lacaniana, que pone el deseo como fundamento, que el sujeto es arrojado a un entorno (la ciudad) al experimentar una falta. Ahora, dada la característica de la crisis de la representación, esta vez se puede recibir como crisis íntima desde el deseo incumplido “llorarás y no habrá literatura para ello”. Creo graficar, la manifestación de esta falta (manque) bajo la figura del fantasma , la urgencia de salir más allá, al permitir un nuevo comienzo que distinguiría así el producto Vuelo de Chilean poetry. El fantasma representaría la falta de significante para responder a ese deseo de constitución del símbolo que sufre transfiguraciones: la estabilidad de una poética, el discurso amoroso, el miserable estado de un viejo boxeador que vive desolado para la lucha, la misma posibilidad del vuelo “Quizás el vuelo no te enseñe a despegar del piso, sino a ser parte del viento nada más”. Esta posición respecto al deseo, advertiría que la tacha se encuentra ahora en el sujeto (S). Dándole cuerpo escrituralmente a esa falta a través de la designación de una mujer ideal que puede ser representada como una salida, desde un medio que impide, cuestiona o define un vuelo que es de algún modo dirigido a un abismo, lo que haría probable una mayor complejidad en la poética de Rodrigo Arroyo si se supone la existencia del trabajo de esta secuencia : “Nadie sabe por qué ha de clausurarse una poética, pocos saben que es una poética si ella misma se cubre de imágenes, dibujos, helicópteros y cielos retirándose al borrar la voz”.
          Las referencias a la ciudad, a la naturaleza, a las herramientas provenientes de las artes visuales, otorgan finalmente un levantamiento del desgaste desde la ficción artística del viejo boxeador, pero a la vez como figura de condensación de la soledad, tensionando el armado, desarmado y rearmado del macrodiscurso -“Una pelea es algo solitario, es pura ausencia (…)”- que experimenta la escritura y que desciende al vuelo en la práctica bajo el discurso amoroso- ¿Cómo es posible volar sin cielo; sin horizonte, sin la duda de tu voz?”. Cierro este comentario, señalando que existe un diseño continuo de un soporte de emergencia y como vuelta al inicio denoto que “existen tantas experiencias estéticas como grupos distintos de receptores de un mismo texto” .




Notas al pie.

1.- Análisis Crítico de Discurso. En Ruth Wodak y Michael Myer, 2003.
2.- Ediciones Inubicalistas, 2009.
3.- La teoría de los sistemas y la historia de la literatura. Manuel Maldonado Alemán. Universidad de Sevilla. http://dialnet.unirioja.es
4.- Lectura de “una tentativa de la superficie” de Felipe Ruiz. www.letras.s5.com
5.- Editorial Fuga, 2008.
6.- Como lo Señalara Ismael Gavilán En “La producción desde el fracaso: Notas sobre Chilean Poetry de Rodrigo Arroyo Castro”
7.- Diccionario crítico de Ciencias Sociales . Universidad Complutense de Madrid, 2009 (manque / falta en Lacan)
8.- Diccionario crítico de Ciencias Sociales. Universidad Complutense de Madrid, 2009 (fantasma en Lacan)
9.- Diccionario crítico de Ciencias Sociales. Universidad Complutense de Madrid, 2009 (fantasma en Lacan)
10.- La teoría de los sistemas y la historia de la literatura. Manuel Maldonado Alemán. Universidad de Sevilla. http://dialnet.unirioja.es

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