sábado, 14 de junio de 2014

CANCIONES GRINGAS, POEMAS DE KEITH DUNCAN

Ediciones Inubicalistas. Valparaíso, 2013 
Por Jaime San Nadie


Keith Duncan, poeta gringo, muerto a la edad de 41 años por una sobredosis de scriptomicina, o por una electrocución casual, o por ambas, la verdad es que los datos de su vida son oscuros y los de su muerte aún lo son más. Una voz paródica de la violencia rural norteamericana, o un exponente real de ella, tampoco lo sabremos, de él solo tenemos unos cuantos poemas que son testigos mudos de una existencia difusa, a partir de referencias también difusas. Como señala Mario Verdugo en el prólogo del libro: Duncan creyó (a la manera de algunos poetas ecfrásticos, objetuales y performáticos) que la justificación social de la literatura pasaría forzosamente por las referencias a las demás artes y sobre todo a la música “indie”. De ahí que la estructura reiterativa de las canciones sea el pilar fundamental de sus composiciones, la búsqueda de matrices que reiteren el contenido, como si se tratara de un juego de combinaciones, en que lo dicho puede ser recalcado de distintas maneras, enfatizando el mensaje como recurso narrativo.

viernes, 13 de junio de 2014

La Lámpara de Kafka

Cuentos de Luis Herrera
Opinión de José Promis en el Mercurio

Canciones Gringas

Canciones gringas de Mario Verdugo (2013)
por Andrés Florit


Mario Verdugo, en el prólogo a Canciones gringas, afirma que al autor de estos poemas, un tal Keith Duncan, “lo acosaron pesadillas identitarias”. Junto con dar título a esta serie, pronto nos damos cuenta del artificio: Keith Duncan y el supuesto traductor al castellano de sus textos, Santiago Zilleruelo, no existen. Son parte de la creación del mismo Verdugo y parte, por qué no, del humor del libro y del autor. Más que un juego heterónimo fallido, lo que hay es una toma de posición que dialoga con sus obras anteriores, como La novela terrígena (2011) y Apología de la droga (2012), donde el “yo” está difuminado en voces paródicas, costumbristas o asociadas a supuestos papeles inéditos de nombres “menores” de la tradición poética chilena.

Obra reunida de Ximena Rivera

Por Jessica Atal
Revista de Libros de El Mercurio. Domingo 18 de mayo de 2014 


Una "rimbaudiana incorregible", nos cuentan -en la presentación de esta Obra reunida - que decía de sí misma Ximena Rivera. Pero su cercanía no era solo con el genio de Rimbaud, sino también con la religiosidad de Hölderlin, la locura de Artaud, la metafísica de Anguita, la maternidad de Mistral. Lamento no haberla conocido antes. Mucho más lamentable es su prematura muerte, a los 54 años. Ximena Rivera murió, al menos respecto de su obra y como muchos poetas en este país, desconocida y abandonada a su suerte, salvo por la gente de Valparaíso y un par de prólogos que se escribieron a libros que alcanzó a publicar.