viernes, 25 de agosto de 2017

SANTA VICTORIA

Por Cristian Cruz 


            Santa Victoria obliga al lector a identificar las huellas dactilares de la poesía de Ricardo Herrera. Digo obliga, porque estamos en presencia de la consolidación de una poética, lo que permite instalar el perfil de esta misma dentro de su generación y permite ampliar la red de su influencia y rastrear también la influencia de la tradición chilena en su propia escritura. Es difícil proferir ideas claves sobre Santa Victoria sin regresar a la poesía anterior del autor, porque este libro es parte esencial de la estética que envuelve toda su obra, además de agregar algunos elementos que refuerzan su andamio personal y semántico.

martes, 8 de agosto de 2017

NIÑOS QUE YA NO LO SON

Sobre “Qué será de los Niños que Fuimos”, de Claudio Guerrero
Felipe Moncada Mijic


Hay un poema del cubano Eliseo Diego, llamado El Oscuro Esplendor, que recordaba fragmentariamente y a menudo mientras leía el libro que hoy se presenta. En el poema mencionado, Eliseo contempla a un niño que juega con “unas pocas piedras inocentes” y se pregunta: "Qué irremediable catástrofe separa / sus manos de mi frente de arena, / su boca de mis ojos impasibles", y es quizás esa “irremediable catástrofe” –la distancia insalvable entre el niño y el adulto– un tema central en el libro “Qué será de los Niños que Fuimos”. Esto coloca a la idea de la pérdida, en el centro del tema de la niñez. Pérdida de la inocencia, de la seguridad, de la fascinación, de la pureza de “animalillo humano” (idealizada o no), en el supuesto, claro, de una infancia protegida por la familia, la comunidad o el Estado.

El regreso del Luchín

Por Hugo Villar

Quizás algún día vuelva el famoso Luchín Gutierrez
a caminar por la 10 oriente, acompañado del Felipillo
y del Naiquel Llacson, acompañado del Juan Varela
y la sonora Sortilegio, como personajes de un delirante
cuento de Juan Emar, comiéndose unas prietas con papas cocidas
en el Derby o en el Pingüino, con el Felipillo acelerando por la 3 sur,
como un Taxi Driver, sorteando a maricones y borrachos, sorteando
el destino inexorable, de los parias y de los soteros.

lunes, 7 de agosto de 2017

UN EXTRAVÍO EFICIENTE

Qué Será de los Niños que Fuimos de Claudio Guerrero Valenzuela
Por Carlos Henrickson


En una de esas a alguien se le ha ocurrido entrar a la poesía chilena como a un archivo, asumiendo que podría bien analogarse a una biblioteca con sus registros exhaustivamente puestos al día año tras año por una legión incontable de expertos, y dudo mucho que pudiese salir del edificio con alguna conclusión limpia y precisa sobre algo -incluso quizás ni siquiera pudo salir de ahí, con la razón extraviada y fija en la contemplación de un inexplicable “canon” que se equilibra en un evidente y mañoso truco de circo sobre el precario y asimétrico volumen de armarios construidos a la rápida.

jueves, 3 de agosto de 2017

Risa y Hueveo en el Maule


Algunas breves palabras 
sobre el paso del cometa Llacson por el impoluto cielo maulino

Por Jonnathan Opazo



 “De la cintura para arriba y de la cintura para abajo”, dice Alfonso Alcalde a modo de prólogo en una edición de las aventuras del Salustio y el Trúbico, “los cuentos populares de antaño escarbaron el alma, los trabajos y la conducta de muchos de nuestros compatriotas. Iba la micro rural a bandazos y los pasajeros blasfemaban ingenio disparando con tallas, gallinas, canastos y huevos […] Nos reímos de frailes, cornudos, matasanos, fornicadores buenos para el diente y matronas de sustentado busto”. Cito al tomesino porque me parece entrever en “El regreso de Naiquel Llacson” un registro que emparenta al escritor talquino con el poeta del Panorama ante nosotros. A su manera, el negro Felipillo y el espectro de Naiquel podrían ser nuestros Salustio y Trúbico, lanzados como ellos solos en esta piducan road movie que recorre el territorio de punta a cabo y de cabo a rabo, sorteando pacos y filas de turistas, almas en pena y miradas incrédulas. Y como esos cuentos populares de antaño de los que habla Alcalde, “El regreso de Naiquel Llacson” escarba y disecciona lo humano y lo divino para poner con ingenio y ánimo socarrón de sobremesa dominguera la miseria del hombre, su avaricia y su ternura de animal falsamente soberano de sí. 

miércoles, 2 de agosto de 2017

Nuestra trinchera está a este lado del espejo

Apuntes sobre Santa Victoria, de Ricardo Herrera Alarcón
Por Pablo Ayenao Lagos


Comenzaré con un poco de historia. Quizás es necesario enfrentar los textos desde el afecto y la biografía. Conozco muy bien Santa Victoria. Este poemario lo vislumbro desde su concepción; o desde la concepción de su circulación, mejor dicho. Con mi amigo Felipe Caro publicamos, por el año 2015, un anticipo de este libro, una plaquette, bajo el sello Venérea Violenta Ediciones, del cual éramos orgullosos e inexpertos editores. Recuerdo nítidamente el día que llevamos unas pruebas de impresión a la casa de Ricardo para que él eligiera la que más le gustara. Evoco ahora, sentado frente al computador, esa bella presentación que realizamos en un café temuquense, al aire libre, en pleno otoño, cuando Ricardo declamó unos versos en registro onomatopéyico y con Pipe nos miramos divertidos, pues no pensamos que aquello ocurriría.

CARTA A LUCHÍN GUTIÉRREZ (1942 – 2017)

Bernardo González Koppmann
Talca, 17 de julio de 2017


Querido Luchín:

Te escribo en este día lluvioso desde el departamento de Fabiola, en el sector de La Florida, Talca, la morenita que vendía tus libros en el mall y que te llamaba para que le trajeras más ejemplares y retiraras las luquitas de lo vendido, y a la que tú le respondías -muerto de la risa- que ya se te había agotado la segunda edición y que estabas hablando con tus editores de Valparaíso, mientras nos mostrabas una entrevista a tu bella persona en The Clinic. Todo como un juego, como no creyéndolo. Y no era chiste. Porque tus libros prendieron como pasto seco, y así mismo se vendieron como pan caliente. Y eso que estabas recién apareciendo en estas lides, casi a los 70 años de edad; porque antes tuviste que trabajar en cien oficios, ya sea en la CIC -donde te hincharon las berenjenas los milicos-, de tornero, de confitero, de baterista en La Sonora Sortilegio, etc. etc. etc., ya que tenías que criar y educar a tus cuatro hijos, todos actualmente profesionales universitarios, y a puro ñeque te las batiste contra viento y marea, y sólo cuando el menor se tituló te decidiste a ser escritor. 

martes, 1 de agosto de 2017

Escribir a caballo contra el viento

Sobre Santa Victoria, de Ricardo Herrera
Leído el sábado 15 de julio de 2017 en la presentación de Santa Victoria, en el Centro Cultural de la comuna de Carahue.

Por Luis Marín


Con el advenimiento de Santa Victoria (Ediciones Inubicalistas, Valparaíso, 2017), el quinto libro del poeta Ricardo Herrera Alarcón, asistimos a la transustanciación de un hecho cotidiano (esto es, la conversión del pan y el vino en el cuerpo y la sangre de Cristo) en notable poesía. Una poesía preñada de símbolos pero también expositiva. Larismo Surrealista o Larismo Deconstruido, como le llamó Luis Riffo con algo de ironía.

Notas breves sobre un regreso

Por Susana Burotto
Talca, julio 2017


No conocí al autor de este libro. Sólo lo vi una vez, en la muestra del documental sobre la Sota. Mi memoria registra imágenes difusas de ese encuentro y por lo tanto, mi aporte en este homenaje viene solamente como apreciación lectora de su libro El regreso de Naiquel Llacson. He tratado de equilibrar una visión humana y literaria, porque entiendo que su figura se proyecta mucho más allá que los textos publicados por él.