jueves, 24 de octubre de 2013

David Bustos, sobre LA DERROTA DEL PAISAJE

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¡LEED A MARIO VERDUGO, GILIPOLLAS!


por Cristian Geisse

Verdugo insiste en deslocalizarse, en marginalizarse, en descentrar. Quizás a estas alturas esto ya no sea tanta novedad, pero lo hace maravillosamente bien. Cada vez que sale alguno de sus libros, yo lo comento, porque me parece que lo que está haciendo es verdaderamente notable, pero nadie lo nota. Las obras maestras siempre pasan desapercibidas. La conjura de los necios funciona siempre. O peor: no es que haya sabotaje o silenciamiento, quizás todo sea desidia. El caso es que Verdugo está ahí hace rato, pasando piola, con un gesto desarticulador que desconcierta, o bien debiera desconcertar. Sus libros son verdaderamente extraños, no los voy a comentar todos, pero cada uno tiene lo suyo, cada uno quiere ser algo más que un libro, cada uno propone una forma distinta de leer. Busquen Maula, busquen La novela terrígena, busquen Apología de la droga y se darán cuenta de lo que les hablo. Y ahora este otro: Canciones gringas.

lunes, 14 de octubre de 2013

LA RISA ESPANTA A LOS JOTES


Comentario a Piel de Gallina de Claudio Maldonado. Ediciones Inubicalistas

Por Jaime Pinos
Publicado en Revista El Desconcierto N° 15 Octubre de 2013

     Poco asimilable de buenas a primeras a lo que, para mal o para menos mal, son los rumbos de la narrativa chilena actual, en la escritura de Claudio Maldonado se dan cita vocaciones, o si se quiere apetencias de estilo, de variada resonancia y contextura. Me parece que estas palabras, escritas por Waldo Rojas a propósito del libro anterior de Claudio Maldonado, Santo Sudaca, son igualmente válidas respecto a este nuevo libro. Creo que en ello radica parte de su valor. Este es un relato que se arriesga a  transitar por territorios poco frecuentados por la literatura chilena actual.

Mi profesor se está volviendo loco


Apuntes sobre la novela Piel de Gallina de Claudio Maldonado, Ediciones Inubicalistas, 2013
Guido Arroyo


        Hace cinco años, en el marco de un encuentro de narrativa llamado –si mal no recuerdo– Frontera Sur, el autor de Piel de Gallina realizó una de las mejores performances que he visto, y debo consignar que en detrimento a mi salud mental he visto demasiadas performances. Era la primera cena en conjunto, y en una larga mesa estaban Nona Fernández, Marcelo Mellado, Lucho Marín, Luis López Aliaga, Emilio Gordillo, Yuri Pérez y un joven escritor inédito llamado Diego Zuñiga. Maldonado jugaba de local, es decir, era uno de los organizadores del encuentro, y como buen organizador estuvo obligado a poner un tema para romper el silencio absurdo, ese que le ocurre al chileno cuando está obligado a compartir un mismo espacio sin un fin determinado.