miércoles, 12 de febrero de 2014

El Arte Castigado De Ximena Rivera

Presentación de Obra Reunida, Valparaíso: Ed. Inubicalistas, 2014
por Carlos Henrickson

No es tarea fácil para mí decir algo -hasta lo más mínimo- sobre la poesía de Ximena. Básicamente, porque da lugar a una falacia íntima. Antes de llegar a Valparaíso y trabajar con ella -en algún sentido, cada una de las conversaciones largas y significativas que tuvimos implicó siempre un trabajo- ya tenía yo un aprendizaje básico bien desarrollado sobre lo que algunos suponen es la poesía (escritura, trabajo de imágenes literarias en la superficie del texto, eufonía); pero fue con ella que aprendí las otras variables, las casi inefables del arte (harto más acá del oficio), que no dejan de rebelarse al tratamiento frío del escritorio o la pura práctica material. Por ello, lo que ahora diga viene en buena parte de lo que aprendí en esas reuniones -algunas de tardes enteras, en que Ximena parecía con una verdadera ansiedad de traspasar parte de las experiencias que un camino intenso e íntegro en el arte le había entregado.