sábado, 21 de marzo de 2015

La imagen o la intensidad
Sobre La velocidad de la caída, de Florencia Smiths

La ausencia dura, me es necesario soportarla. Voy pues
a manipularla: transformar la distorsión del tiempo en
vaivén, producir ritmo, abrir la escena del lenguaje.
Roland Barthes

En La invención de la histeria, Didi-Huberman sostiene que, en gran medida, el trabajo desarrollado por Jean Martin Charcot no sería más que un montaje que las mismas histéricas y sus colaboradores se encargaron de construir. Estudiando, entre otras cosas, los movimientos musculares, la sensibilidad, y las secreciones de las mujeres privadas de libertad sin distinción alguna. Resaltaba en este proceso el taller de fotografía, que dejó un importante archivo de mujeres en estado de trance, ira o pasión desbordadas. Dichas imágenes constituían una parte del proceso de investigación y clasificación de la histeria, y sus posibles vínculos con la epilepsia. 
El ronco sonido del lenguaje
Presentación de Pequeños Migratorios, de Claudio Guerrero

el infierno no es nada que se encuentre, aún,
frente a nosotros, sino que es ya esta vida, aquí.
August Strindberg

En el Hades, las sombras de los muertos repiten al infinito el mismo gesto, señala Giorgio Agamben en Profanaciones. Ahora bien, hay que señalar que el autor no se está refiriendo a castigos ni torturas, ni siquiera a los condenados sino más bien a lo que proyecta de futuro la imagen que intentamos fijar por algún medio. Es quizá este ejercicio una forma de asignarle un lugar de tensión e inseguridad a nuestros deseos, una condición de inalcanzables. En este sentido, y sin la pretensión de adentrarnos o dar la impresión de una lectura desde el romanticismo, podríamos señalar que la forma de fijar dichas imágenes y no su descripción, es la que sitúa al poeta en un estado previo al lenguaje, entregándole el movimiento formal de éste, permitiéndole así expresar su pensamiento. 

lunes, 16 de marzo de 2015

Silvestre, la humanidad al servicio de los elementos

Por  Cristian Cruz



Han sido pocos los libros o poco los poetas que se han revelado al mundo con un grado contemplativo y pasión por los elementos. Podrían ser las causas a eso, que dicha poética se sitúa, o ha sido intencionalmente situada fuera del famoso canon, o fuera de la moda predominante en la generación. Difícil es además que, habiendo un territorio que exhala a cada momento el vaho de los materiales y por ende, exalta la bondad espiritual de la tierra, coloquemos fronteras infranqueables que no permiten la poetización por una parte, y la desidia lectora por la otra. Decimos esto mientras estamos en una montaña contemplando el Imperio de la Nieve, la autoridad de los árboles, la sencillez con que se mueven las manadas  en la planicie. Sí, es un deambular fuera de la urbe, literalmente, pero es un deambular sobre nuestra propia humanidad. Moncada coloca su humanidad, su espiritualidad al servicio del territorio,  su admiración y contemplación al servicio de las plantas y animales, de la fauna personalísima del poema. 

sábado, 7 de marzo de 2015

"Silvestre” o la poesía arcaica de Felipe MoncadaMijic

por Bernardo González Koppmann


“Para exigua vida / de este pájaro
es suficiente / un poco de música / del matorral
y el vino rosado del crepúsculo”

Alejandro Lavín


La obra poética de FMM (Quellón, 1973) ha venido construyéndose silenciosa y pacientemente desde “Irreal”, su primer título publicado el año 2003, hasta “Mimus”, editado en un ya pretérito 2013. Exactamente 10 años de trabajo literario que el autor quiso celebrar elaborando un extraño volumen por su levedad y la rara belleza de su propuesta poética, escritura que me he atrevido a reconocer como "arcaica" en el sentido clásico de la palabra. Hoy, en enero del 2015, su último trabajo literario finalmente emprende vuelo más allá de las manos del autor como un hermoso objeto libro, ilustrado además acertadísimamente por el maestro Chanchán Olibos. Se trata de una breve pero sustanciosa obra donde el poeta congrega sus textos escritos “a todo imperio” (1), como dicen por estos lados. Hablamos de “Silvestre”.

Introducción de Oficios Campesinos del Valle del Aconcagua

Cristian Moyano

La identidad de un pueblo, es el mayor legado que se le puede heredar a las futuras generaciones, esto se puede lograr manteniendo viva la cultura, los valores, el patrimonio, las creencias y costumbres. Son estos los elementos a cultivar por quienes sienten el compromiso de inmortalizar dicha identidad. Como autor del presente libro, los he adquirido a través de diferentes motivaciones, siendo la más importante y trascendental el hecho de haber nacido en Quebrada de Alvarado como representante de la cuarta generación de una familia quebradina.

El arraigo que siento hacia mi pueblo, es la inspiración y motivación para revivir parte de la historia de Quebrada de Alvarado y sus alrededores, escudriñando y desempolvando retazos de estas.

Durante los últimos años he investigado sobre la mayoría de los aspectos que le dan vida a la identidad de este lugar, como sus creencias religiosas, su antigua arquitectura, sus fiestas criollas y árboles genealógicos.

viernes, 6 de marzo de 2015

Visiones naturales de Axa Lillo

PRÓLOGO
por Marcela Prado Traverso


En la región de Valparaíso hay un lugar cerca de la Cordillera de la Costa y el mar llamado Limache, cerca de allí hay una localidad rural llamada Quebrada Alvarado, hermoso y estrecho valle agrícola, acompañado de río y de claras noches. Es ese el lugar que sirve de espacio real e imaginario a la poesía de Axa Lillo, al menos en su primera parte. No conviene ir al presente libro sin nombrar su obra anterior Ojos buenos (1994) metáfora, al menos en su primera parte, de un oasis vital, existencial, espiritual, -como quiera quien lo lea- en donde todavía se conservan, aunque con amenaza de pérdida, algunas prácticas, ritmos, hablas con las que la voz hablante se identifica plenamente.