Catacumbas.
Antología de Poesía Social, de Bernardo G. K.
Por Carlos Henrickson
Cuando me referí hace dos años a Memorias del Bardo Ciego (Valparaíso:
Ed. Inubicalistas, 2009) de Bernardo González Koppmann (Talca, 1957), aludí auna
falacia lineal enla perspectiva de la
poesía chilena, que, al restringir la historia del campo literario a una cronología
de poéticas que se habían hecho presentes en el centro editorial y cultural del
país –en el inevitable establecimiento de un canon-, marginalizaba con
toda decisión y sin culpas el desarrollo siempre vivo de escrituras en la
provincia. Por otro lado, esta misma construcción canónica resultaría débil sin
la fidelidad a sí mismas de estas poéticas, que o bien pueden generar una recia
densidad (piénsese en lo ocurrido entre Valdivia y Chiloé desde los 70), o bien
generar entornos en que una amplia diferencia de registros se presenta en una
permanente emergencia, que por lo demás ha sido el caso más común en nuestra
historia –lo que ha tendido a convertir a la gran mayoría de las provincias en
apenas algo más que el alimentador de la máquina cultural santiaguina.