viernes, 20 de octubre de 2017

Limeriques en diario El Centro

“Limeriques” de José Tomás Labarthe:
LA RISA, LA PARADOJA Y EL SINSENTIDO

Un libro de poesía cómica es el que por estos días está presentando José Tomás Labarthe, quien además de poetas es profesor universitario de diversas universidades de la Región del Maule. Contiene fotomontajes de la artista visual Antonia Isaacson y fue publicado por la editorial Inubicalistas.

Entrevista de Daniela Bueno, publicada en Diario El Centro. 


Tu libro “Limeriques” se presenta como “poesía cómica”. ¿Podrías desarrollar un poco más ese concepto por favor? 

En su "Poética", Aristóteles define al humano como un animal político, pero también como un ser ridente. Que ríe. Esa última parte del tratado se extravió. Humberto Eco escribió una novela notable llamada "En el nombre de la rosa" en la cual se busca ese texto. De ahí en adelante, en la filosofía hay una serie de pensadores que reflexionan sobre la naturaleza cómica del hombre. Schopenhauer, Hobbes, Freud. ¿Por qué reímos cuando alguien se cae? ¿Por qué el niño sonríe cuando consigue lo que quiere? La poesía también ha pensado mucho en la risa. El bufón, el juglar, el poeta popular, el antipoeta. En la poesía chilena, sin ir más lejos, desde Pezoa Véliz a Parra, Redolés y Bertoni. Yo también siempre he sentido curiosidad por aquellas situaciones incongruentes de la vida, me tira más la paradoja que el paradigma. Desde esa inquietud arrancó este librito, que tributa a los "limericks" que escribía Edward Lear en el período victoriano en Inglaterra. Una poesía del sin sentido, que asume el desafío de contar un chiste en 5 versos, con un régimen métrico y silábico. 

miércoles, 4 de octubre de 2017

ESCOMBROS

Cuentos de Felipe Montalva, Ediciones Inubicalistas, Valparaíso 2017

Por Felipe Moncada



Hubo una época de oro de la narración –y esto es una suposición– en que escritores como Melville, Conrad, London, y por qué no, Francisco Coloane, Manuel Rojas, Ernesto Montenegro, se bajaban de un tren para subir a un barco y cruzar entre témpanos hacia el polo, o bien deambulaban por caminos recién hechos por ir detrás de una cierta “realidad nacional”, al lugar donde las tensiones sociales se liberan o crujen, mediante una huelga, una migración económica, un acto de represión social acallado en los medios. En ese espacio hecho de actos, intereses y noticias, en que una nación se enfrenta a sí misma, en sus sueños y contradicciones. Menciono esto por el vínculo entre el periodismo, los viajes y la narrativa, ocurre en algunos autores como síntomas de que buscan llegar al fondo de algún problema oculto o semienterrado, rastrean las fisuras sociales, buscan en aquello que molesta, la evidencia incómoda, planean sobre los escombros.

martes, 3 de octubre de 2017

LIMERIQUES

Poesía de J.T. Labarthe, fotomontajes de Antonia Isaacson
Ediciones Inubicalistas, Valparaíso 2017, 120 páginas

Por Felipe Moncada


¿En qué consiste la forma del limerick? Intentemos una definición: se trata de una estrofa de 5 versos, en que rima el primero, el segundo y el quinto verso, mientras por su parte riman el tercero con el cuarto (AABBA). En cuanto a la extensión del verso, esta no importa mucho. Esto último influye que la métrica de los limericks nos parezca poco ortodoxa, y me atrevo a aventurar que se debe al acostumbramiento a la décima, o bien a la penetración vía osmosis de las formas de la rima encuartetada que gobiernan el universo de la poesía popular, o bien al hablar en endecasílabos que casi sin darse cuenta es la unidad fundamental del habla del chileno (Parra dixit). Pues bien, el poeta y músico Mauricio Redolés agrega a esta definición, en la contraportada del libro Limeriques, citando a su vez al The Blue Peter Book of Nonsense, lo siguiente: “El secreto es contar en cinco versos una historia, tener un buen par de rimas y siempre un último verso divertido, la longitud de los versos no necesariamente tiene que ser igual”. O sea, es una forma gobernada por una métrica, una regla, pero una regla a medias donde interesa más el ingenio que las matemáticas gramaticales es su total exactitud, sea entonces aquel el “pie forzado” del formato.