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jueves, 24 de octubre de 2013
¡LEED A MARIO VERDUGO, GILIPOLLAS!
por Cristian Geisse
Verdugo insiste
en deslocalizarse, en marginalizarse, en descentrar. Quizás a estas alturas
esto ya no sea tanta novedad, pero lo hace maravillosamente bien. Cada vez que
sale alguno de sus libros, yo lo comento, porque me parece que lo que está
haciendo es verdaderamente notable, pero nadie lo nota. Las obras maestras
siempre pasan desapercibidas. La conjura de los necios funciona siempre. O
peor: no es que haya sabotaje o silenciamiento, quizás todo sea desidia. El
caso es que Verdugo está ahí hace rato, pasando piola, con un gesto
desarticulador que desconcierta, o bien debiera desconcertar. Sus libros son
verdaderamente extraños, no los voy a comentar todos, pero cada uno tiene lo
suyo, cada uno quiere ser algo más que un libro, cada uno propone una forma
distinta de leer. Busquen Maula,
busquen La novela terrígena, busquen Apología de la droga y se darán cuenta
de lo que les hablo. Y ahora este otro: Canciones
gringas.
miércoles, 23 de octubre de 2013
martes, 22 de octubre de 2013
lunes, 14 de octubre de 2013
LA RISA ESPANTA A LOS JOTES
Comentario a Piel de Gallina de Claudio Maldonado. Ediciones Inubicalistas
Por Jaime Pinos
Publicado
en Revista El Desconcierto N° 15 Octubre de 2013
Poco asimilable de buenas a primeras a lo que, para
mal o para menos mal, son los rumbos de la narrativa chilena actual, en la
escritura de Claudio Maldonado se dan cita vocaciones, o si se quiere
apetencias de estilo, de variada resonancia y contextura.
Me parece que estas palabras, escritas por Waldo Rojas a propósito del libro
anterior de Claudio Maldonado, Santo Sudaca, son igualmente válidas
respecto a este nuevo libro. Creo que en ello radica parte de su valor. Este es
un relato que se arriesga a transitar por territorios poco frecuentados
por la literatura chilena actual.
Mi profesor se está volviendo loco
Apuntes sobre la novela Piel de Gallina de Claudio Maldonado, Ediciones Inubicalistas, 2013
Guido Arroyo
Hace cinco años, en el marco
de un encuentro de narrativa llamado –si mal no recuerdo– Frontera Sur, el
autor de Piel de Gallina realizó una
de las mejores performances que he visto, y debo consignar que en detrimento a
mi salud mental he visto demasiadas performances. Era la primera cena en
conjunto, y en una larga mesa estaban Nona Fernández, Marcelo Mellado, Lucho
Marín, Luis López Aliaga, Emilio Gordillo, Yuri Pérez y un joven escritor inédito
llamado Diego Zuñiga. Maldonado jugaba de local, es decir, era uno de los
organizadores del encuentro, y como buen organizador estuvo obligado a poner un
tema para romper el silencio absurdo, ese que le ocurre al chileno cuando está
obligado a compartir un mismo espacio sin un fin determinado.
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