jueves, 18 de marzo de 2021

M. Rex, cuentos molinenses

Cuentos de Claudio Oyarzún

Por Nelson Chávez Díaz 

 

Se imagina usted a un "niño monstruo", un "theratos" de exhibición de circo, habitando la "mansión de Quechereguas" en Molina? Suena "fantástico" ciertamente. Es que el libro que nos lega Claudio Oyarzún Chávez se acoge muy bien dentro del género de literatura fantástica. Otros ejemplos. Se imagina usted que un "ángel" del cielo llegue  a  la cárcel de Molina y se aparezca al recluso "Gallo Neira, el santero de Molina" y finalmente no sólo se libre momentáneamente del paredón de fusileros sino que acontezca un incendio en medio de un motín?

O que el encomendero Anabalón de Olaso y Gapa, vecino de las tolderías de Lontué, aquejado de un aciago destino, al igual que el theratos de Quechereguas, sea víctima de fuerzas sobrenaturales que no alcanzó a domeñar con conjuros y ensalmos? Relatos grotescos, extravagantes,  "bizarros", algunos; otros,  que recogen una página en la vida del "primer maulino universal" en donde asistimos a la redacción y corrección, por el amanuense Guglielmo, de una de las grandes obras del Abate Molina. Alusiones a la "petit historie" de Molina, en sus personajes ya míticos, a familias de migrantes palestinos, italianos, sirios, que, en su época, aportaron al desarrollo comercial del pueblo. Narraciones que, cuales "mitos etiológicos" tratan de explicar el origen de un lugar tan legendario como un sector de Molina denominado "El hoyo". Gran parte de ellos (los cuentos) ambientados en una atmósfera mítica y enrarecida donde trasuda la superstición y los ritos y pócimas mágicas de las "meicas" y "brujas" de la familia Changa...  

Un aporte significativo a la literatura regional y nacional;  narraciones redactadas con pulcritud, en donde ningún detalle queda  al azar; frases esculpidas con paciencia cuyos verbos "profieren" más de lo que "dicen" literalmente como por ejemplo en el cuento "Palumbó" que dice: "El oro no brotaba como en Quilacoya, se hundía en la escritura agraria de esos pueblos de pastores". Particularmente para Molina es un privilegio contar con literatura así pues no sólo es un homenaje a la tierra natal sino que también es un verdadero rescate del patrimonio inmaterial de su gente, de sus historias y tradiciones que han permanecido guardadas al interior de las familias y que, en el peor de los casos, han desaparecido cuando mueren sus protagonistas. 







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